El sistema de integración agrícola-ganadera (IAG) consiste en combinar cultivos, especialmente de granos tales como soja, maíz y sorgo, con plantas forrajeras utilizadas para alimentar animales bovinos y porcinos, y la ganadería, fundamentalmente de ganado de carne, de manera rotativa, en forma de consorcio. De esta forma, los cultivos aseguran la mayor parte del ingreso de capital, mientras que los animales cuentan con alimento disponible fundamentalmente durante la estación seca y ayudan en el manejo de las semillas. Así es como se logra un aumento de la fertilidad del suelo, como también un incremento de la productividad y de la recuperación de las áreas degradadas, aparte de una reducción del uso de productos agrotóxicos, achicando los riesgos provenientes de la erosión, la estacionalidad de la producción y los costos operativos. El trabajo transcurre entonces de manera más integrada y sostenible, ya que un sector del sistema beneficia al otro con un menor impacto ambiental y una disminución de las emisiones de carbono.
|
|